La 2 estrena ‘Tengo once años’, un programa sobre la discapacidad a través de la mirada de un niño
La 2 estrena este domingo ‘Tengo once años’, un espacio semanal en el que se mostrará el día a día de una docena de niños que conviven con la discapacidad, propia o de personas cercanas. Una forma diferente de acercarse a esta realidad, a través de la mirada natural y sin prejuicios de unos niños de once años que narran en primera persona sus experiencias, sueños e inquietudes y su particular percepción de la vida.
Una forma diferente de acercarse a esta realidad, a través de la mirada natural y sin prejuicios de unos niños de once años que narran en primera persona sus experiencias, sueños e inquietudes y su particular percepción de la vida.
‘Tengo once años’, producido por enminúscula (Grupo Secuoya), en colaboración conFundación ONCE, es un programa de servicio público en el que una docena de chavales comparten y relatan, en primera persona, sus experiencias, sueños y visión de la vida. A lo largo de seis entregas, el espectador se acercará a sus distintas realidades y conocerá su capacidad de superación.
Cada semana, el espacio de La 2 incluirá dos historias con protagonistas diferentes pero relacionadas. El programa incide de forma especial en la presencia de la discapacidad en el día a día del niño, bien porque el protagonista tiene una discapacidad o porque la tiene alguien de su entorno más cercano. Se prestará especial atención a la formación, el empleo y sobre todo, a la estrecha relación que guardan la persona con discapacidad y el niño protagonista.
En ‘Tengo once años’, el espectador conocerá a estos doce niños en sus colegios, con sus compañeros de clase, sus aficiones, sus amigos, sus familiares y, en definitiva, todos los factores que componen su día a día. Todos ellos demostrarán que cambiar nuestra percepción es el primer paso para reformar el mundo.
El programa se estrena este domingo con la narración de Ángela e Isabel. Esta última, de once años, vive en Fuenlabrada (Madrid), y desde los tres años tiene una discapacidad visual derivada del síndrome de Steven Johnson. Vive con su padre, su madre y su hermana pequeña, Candela, a la que cuida y lee cuentos por las noches. Ángela, por su parte, vive en la localidad toledana de Argés donde comparte habitación y una estrecha relación con Sara, su hermana pequeña, que tiene microcefalia y una discapacidad auditiva.