El pasado martes 10 de marzo se ha presentado el estudio ‘Hacia la autonomía y participación de las personas mayores sordas en España’, que ha elaborado la CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, en colaboración con la Fundación Vodafone España, y que presentó el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, acompañado por Francisco Román, presidente de Vodafone España y Fundación Vodafone España, y Concha Díaz, presidenta de la CNSE.
Objetivos
La investigación se ha basado fundamentalmente en encuestas diseñadas e interpretadas por un equipo de trabajo compuesto por especialistas en investigación y profesionales de la CNSE y de la Fundación Vodafone España, con el objetivo de describir la situación sociofamiliar de las personas mayores sordas en España, realizar una aproximación a sus necesidades y expectativas, y conocer qué situaciones generan dependencia en este colectivo.
También se ha buscado determinar el uso y usabilidad de la teleasistencia aplicada a las personas mayores sordas, constatar la penetración de las tecnologías de la información y la comunicación en estos ciudadanos, y determinar la percepción de las personas mayores sordas hacia las asociaciones y los servicios sociales responsables de su atención.
Conclusiones
El estudio concluye que la población mayor sorda está compuesta mayoritariamente por personas cuya sordera se debe principalmente a la edad. Se trata de personas que muestran pequeñas o medianas capacidades auditivas, un escaso perfil asociativo y mayor dependencia de su entorno. Por el contrario, las personas mayores sordas de nacimiento o que se han quedado sordas a edad temprana, utilizan de forma mayoritaria la lengua de signos, y muestran un elevado perfil asociativo gracias al cual desarrollan un alto grado de autoaceptación.
La comunicación favorece la autonomía
En una etapa vital con más tiempo libre, la comunicación aparece como una de las cuestiones más valoradas por todos los sujetos del estudio. Las personas mayores sordas usuarias de la lengua de signos la valoran de forma muy positiva a la hora de fomentar la participación y combatir el aislamiento, mientras que las personas mayores con sordera tardía , suelen encontrar más dificultades en materia de comunicación y, por tanto, de autonomía.
Recursos y servicios adaptados
En el estudio se pone de relieve la importancia de seguir avanzando en materia de recursos, programas y servicios adaptados a las personas mayores sordas. Buena parte de los entrevistados consideran como algo positivo contar con recursos humanos y técnicos en las residencias y centros de día tales como profesionales con conocimientos en lengua de signos, así como con estrategias para facilitar la comunicación y ayudas técnicas, que mejoren su bienestar y su interacción con el entorno y disminuyan el aislamiento.
La tecnología, un aliado en materia de teleasistencia
Los participantes en esta investigación, perciben la teleasistencia como un instrumento clave para recibir ayuda en situaciones de emergencia. De ahí la importancia de seguir trabajado en la promoción de servicios de teleasistencia accesibles como por ejemplo la videoconferencia, que además de utilizar el canal de voz y el texto escrito incorporen la lengua de signos, ya que una parte de este colectivo tiene un conocimiento pobre de la lectoescritura.
El papel clave de las asociaciones y las federaciones
El estudio muestra que las personas mayores sordas, especialmente aquellas de nacimiento o con sordera temprana, valoran de forma elevada el papel de las asociaciones y federaciones por encima de cualquier otra institución, ya que les permiten beneficiarse de servicios especializados y actividades. Por tanto, sería beneficioso extender el papel de estas entidades entre las personas mayores con sordera tardía, por tratarse de un factor que favorecería su vida independiente.