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Miércoles, 22 de Mayo 2024 1:30:00

LabS IA Responsable e Inclusiva

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RESUMEN DE LA SESIÓN 

La IA, con un impacto rápido y generalizado, está impulsando cambios significativos en la vida diaria de las personas y en el mundo laboral. La velocidad y la amplitud de este impacto nos obligan a prepararnos para una transformación profunda y rápida.  

La Inteligencia Artificial no se trata solo de innovación tecnológica, sino de asegurar que esta innovación sea justa y equitativa. Una tecnología que debe estar al servicio de la humanidad, ayudando a resolver problemas sociales y promoviendo la inclusión. Para ello, es urgente desarrollar una IA que sea más humana, que contribuya a mejorar la vida de las personas.  

Las empresas tienen un papel crucial en la implementación de una IA responsable y ética. Son varias las iniciativas regulatorias que se han venido impulsando en los últimos años -como el Libro Blanco de la IA, el Data Act o la ley de Inteligencia Artificial de la UE– y que buscan asegurar que la IA sea robusta, confiable y que promueva los derechos de las personas. Unos marcos normativos que puede ayudar a las compañías a minimizar los riesgos asociados a la IA y maximizar sus beneficios.  

Esta tecnología puede impulsar un progreso significativo, pero debe haber un compromiso para desarrollarla de manera que promueva la equidad, la inclusión y el bienestar general. Un desafío que requiere determinación y optimismo. 


LECCIONES APRENDIDAS 

Informe Triple E: Ética = explicabilidad + equidad 

Cerramos la III edición del LabS con la presentación del informe Triple E: Ética = explicabilidad + equidad, y que aborda dos principios clave cuando abordamos la IA. La explicabilidad se refiere a la capacidad de interpretar y comprender las decisiones tomadas por los modelos de IA. Esto es esencial para asegurar que los modelos sean transparentes, seguros y respetuosos con la privacidad. La equidad, por su parte, aborda la promoción de la igualdad y la mitigación de sesgos en los modelos de IA, asegurando que estos no perpetúen ni amplifiquen desigualdades existentes. 

Y es que la identificación de sesgos en los datos y modelos de IA es una cuestión crucial. Existen diferentes tipos de sesgos, como el sesgo de confirmación y los sesgos históricos, que pueden surgir a lo largo de todo el ciclo de vida de un modelo de IA. Por ello, es clave contar con equipos diversos para minimizar estos sesgos y garantizar que los modelos de IA sean justos y equitativos. 

Hay algunos ejemplos prácticos para ilustrar cómo los sesgos pueden influir en los resultados de los modelos de IA son. Es el caso del algoritmo COMPAS, utilizado en el sistema judicial de Estados Unidos y que refleja cómo los sesgos en los datos históricos pueden llevar a decisiones discriminatorias. Esto subraya la importancia de entrenar modelos de IA con datos que sean representativos y libres de prejuicios históricos. 


Una IA para el bien común 

La IA puede ser una herramienta más para el desarrollo de soluciones prácticas que den respuesta a los diversos desafíos a los que nos enfrentamos. La IA no debe ser vista únicamente como una tecnología para automatizar procesos y mejorar la eficiencia empresarial. Tiene un gran potencial para, por ejemplo, abordar problemas complejos en diversas áreas, desde la salud hasta la sostenibilidad medioambiental, contribuyendo así al bienestar general de la sociedad. Se necesitará experticia y experiencia para entrenar los modelos de IA y desencadenar todo este potencial.  

No obstante, hay que hacer frente a una serie de desafíos. Uno de ellos es la falta de conocimiento y comprensión general sobre cómo funciona la IA. Este desconocimiento puede generar miedo y resistencia al cambio. Por ello, una educación integral sobre IA desde los niveles básicos hasta los avanzados será una palanca importante. Todos los ciudadanos deben entender y beneficiarse de esta tecnología, eliminando barreras de acceso y fomentando una mayor confianza y aceptación de la IA en la sociedad. Por otro lado, son necesarios modelos económico-financieros sostenibles que incentiven a las empresas a desarrollar soluciones de IA para el bien social.  

La IA tiene el potencial de transformar positivamente nuestras vidas si se gestiona de manera adecuada y ética. La colaboración, la educación y la regulación adecuada jugarán un papel fundamental en este proceso.  


Las empresas: impulsoras de una Inteligencia Artificial responsable 

La IA generativa ha democratizado el acceso a la tecnología, permitiendo que se implementen soluciones de IA de manera rápida y económica. Esto ha reducido significativamente las barreras de entrada, fomentando una oleada de innovación y competencia en el mercado. Con la adopción creciente de la IA, el futuro del trabajo está cambiando. Las empresas deben prepararse para estos cambios y considerar diferentes iniciativas que requieren una colaboración estrecha entre empresas y gobiernos para asegurar una transición justa y equitativa. 

El primer paso crucial para cualquier empresa que desee integrar la IA es definir claramente qué es lo que se quiere lograr. La IA debe alinearse con los objetivos empresariales para maximizar su impacto positivo. Es fundamental que las empresas tengan una visión clara y estratégica de cómo la IA puede ser un catalizador para alcanzar estos objetivos.  

Seguidamente, es esencial establecer un modelo de gobernanza que garantice un despliegue de IA regulado y ordenado. Este modelo debe abordar aspectos técnicos y organizacionales, asegurando que la integración de IA se haga de manera ética y responsable.  

El potencial de la IA es indiscutible. No obstante, su desarrollo debe ir acompañado de ciertos límites. La UE ha dado un primer paso en este ámbito con la aprobación de la primera ley del mundo en IA. Sin embargo, queda un largo camino por delante y las empresas deben entender las implicaciones prácticas de esta legislación y cómo estos límites se trasladan a su actividad diaria. 

Por tanto, la integración de la inteligencia artificial en las empresas no solo presenta desafíos técnicos, sino también éticos y organizacionales. Las empresas deben adoptar un enfoque estratégico y de gobernanza robusto, asegurando que la IA se utilice de manera responsable. Al hacerlo, pueden mejorar sus procesos y productos, así como contribuir a un futuro más justo y equitativo.


PRÓXIMOS PASOS 

El LabS de IA dejó claro que el camino hacia una inteligencia artificial responsable e inclusiva requiere un compromiso continuo con la ética, la transparencia y la equidad. La colaboración entre empresas, reguladores y la sociedad civil es esencial para asegurar que la IA contribuya al progreso social y empresarial de manera justa y equitativa. 

La inteligencia artificial tiene el poder de revolucionar nuestra forma de vida, pero su verdadero potencial se alcanzará solo si se desarrolla y utiliza de manera responsable e inclusiva. De cara al futuro, se debe pensar en una sociedad donde la IA no solo mejore la eficiencia, sino que también resuelva problemas sociales complejos, promueva la igualdad y enriquezca nuestras vidas de formas hasta ahora, inimaginables. A través de un compromiso conjunto, se puede construir un futuro donde la tecnología y la humanidad coexistan armoniosamente, creando un mundo más justo y próspero para todos. 


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