Esther Martín es la directora corporativa del Área de Responsabilidad Social y coordina la estrategia internacional del Grupo
MRW
en esta materia. Pero, además, esta mujer, que vela porque vuelvan los
“valores perdidos” y porque “todos sepamos ponernos en el lugar del
otro”, es también la directora de la
Fundación MRW Red de Emociones. Sueña con que todos los hijos del mundo puedan estar orgullosos de sus propios padres como personas.
¿En qué año comienza la actividad social de MRW y por qué?
En 1993. En esa fecha empezamos a tener los niveles de calidad óptimos
para publicitar nuestro servicio y decidimos rodar nuestro primer
anuncio televisivo. Su emisión coincidió en el tiempo con nuestra
primera acción de ayuda. Vimos que publicitar un servicio es muy
diferente que un producto, y que nos satisfacía mucho más colaborar con
nuestra sociedad. Así que preferimos destinar esos recursos a ayudar a
los demás en lugar de meternos en las casas de la gente para decir que
éramos los mejores.
¿De qué manera refuerza la recién creada Fundación MRW-Red de emociones la responsabilidad social de la empresa?
La fundación nos abre otras posibilidades de realizar nuestra acción
social. Hasta ahora la ejercíamos a través de la prestación de servicios
de manera gratuita o con importantes descuentos para diferentes
sectores de la sociedad. Ahora podemos hablar de tú a tú con otras
entidades, incluso recibir ayudas externas, así como rodearnos de
personas que nos pueden ayudar a cumplir los fines de la fundación de
una manera diferente que si lo hiciéramos a través de la empresa. La
verdad es que se nos abre un gran mundo de oportunidades.
¿Nos explicas a qué se debe ese significativo “apellido” de vuestra fundación?
Tenemos la Red de transporte, la de franquicias y ahora la de
Emociones. Una cualidad diferenciadora de nuestra fundación es que
queremos trabajar en red y perseguir entre todos el sueño de conseguir
un mundo mejor. La necesidad de los niños que no tienen acceso a los
tangibles necesarios para desarrollarse física, intelectual y
emocionalmente se debe convertir en una responsabilidad para los que
estamos en posición de poder ayudar.
La Responsabilidad Social Empresarial en MRW y en la fundación, ¿qué características tiene cada una de ellas?
La RS desde la empresa trabaja por tener en consideración a todos
nuestros grupos de interés, a todas las personas que tienen relación con
nuestra compañía. Conocer cómo nos ven, qué esperan de nosotros y saber
qué podemos hacer y qué es lo que todavía no estamos haciendo. Formamos
parte de una sociedad y por tanto hemos de trabajar teniendo en cuenta
los efectos que generamos en ella. Por otro lado, la fundación es una
manera o herramienta de realizar nuestra acción social y de atender
específicamente a un grupo de interés que son las personas
desfavorecidas y dentro de él en especial a los niños del mundo que más
lo necesitan porque consideramos que ellos son el futuro. Y si no se
desarrollan en condiciones y además no tienen la oportunidad de
escolarizarse no podrán ayudar a sus familias ni colaborar en el
desarrollo de sus países.
¿Qué colectivo o colectivos reciben el beneficio de la acción social de ambas?
Con nuestra responsabilidad social se beneficia en primer lugar la
compañía y se consigue optimizar recursos; a partir de ahí trabajamos en
concreto haciendo énfasis en tres grupos de interés que para nosotros
son los más importantes o a los que debemos tener más en cuenta
actualmente, como son las personas, las franquicias y los clientes. Por
parte de la fundación se benefician principalmente los niños de entre 0 y
12 años de países en los que necesitan ayuda e intentamos sensibilizar a
los niños del primer mundo sobre cómo viven los pequeños de otros
países.
¿Cuál es la implicación de la dirección en la RSE de la empresa y de la Fundación?
Total. Tenemos la suerte de que lo más necesario en una empresa es que
el primer ejecutivo sea el primer convencido e impulsor de la RS y en
nuestro caso es así. Además, de él mismo surge la iniciativa de crear la
fundación para que la acción social que MRW inició en 1993 perdure en
el tiempo.
Destácanos el proyecto estrella de acción social para este año.
Para la fundación el proyecto más importante es la campaña “1 €
solidario” contra la desnutrición de los niños del mundo. Se trata de
una iniciativa puesta en marcha en 2010 con la que hemos conseguido algo
innovador: involucrar directamente a nuestros clientes en la acción
social de la marca. Los clientes de MRW aportan un euro solidario por
cada envío gratuito del que se benefician y la totalidad de estas
aportaciones se destina a un proyecto que tenga como finalidad combatir
la desnutrición infantil, que es elegido por los propios clientes,
empleados y franquiciados.
Hasta la fecha, a través de esta campaña, hemos destinado 100.000 euros a un proyecto de
Acción Contra el Hambre en Guinea Conakry, y 79.200 a un proyecto que lidera
Mensajeros de la Paz en
Haití. Ahora mismo está vigente la tercera edición cuyo destino es un
proyecto en el estado indio de Andra Pradesh que realiza la
Fundación Vicente Ferrer.
A la Fundación MRW se la puede seguir en
Facebook y en
Twitter y realiza acciones puntuales en estos sitios como donar medio kilo de arroz al banco de alimentos por cada nuevo seguidor.
¿Son las Redes Sociales un medio eficaz para conseguir que crezcan los
proyectos de acción social de empresas y fundaciones? ¿Se las
recomendaría a las empresas de SERES?
En principio queremos dar a conocer las acciones que llevamos desde la
fundación y hacer cómplices a nuestros seguidores de la solidaridad
facilitándoles la posibilidad de ayudar a través de un simple click.
Queremos formar una gran cadena de ayuda y que nuestros seguidores se
conviertan en mensajeros de nuestra solidaridad. Para nosotros las redes
están siendo muy positivas porque anima mucho tener una
retroalimentación continua de las personas que nos siguen y leer sus
comentarios. Es como un premio al trabajo realizado. Facebook y Twitter
son un escaparate inmediato de las acciones que realizamos y además
permiten el diálogo con quién está al otro lado y recibir su opinión,
que es algo que siempre suma. Ya hemos conseguido más de 400 kilos de
arroz gracias a la colaboración de nuestros seguidores que invitan a sus
amigos a que se unan a la Red de Emociones.
¿Crees que es importante hacer públicos los proyectos de RSE de una entidad?
Sí porque de esta manera das oportunidad a que otras personas puedan
aportar ideas a tu proyecto y mejorarlo. En la web de la fundación, por
ejemplo, hay un tablón para colgar ideas solidarias. Cualquier persona
que tenga una idea solidaria y no sepa cómo hacerla realidad, la cuelga y
entre todos podemos encontrar qué hacer con ella. Además, dando a
conocer proyectos también se abren más vías de colaboración, tanto para
recibir ayuda como para ofrecerla a entidades que la necesiten,
aportando nuestra experiencia o recursos.
¿Qué os aporta el proyecto SERES y qué le aportáis vosotros?
El proyecto SERES nos aporta la oportunidad de intercambiar mejores
prácticas con otras compañías. Especialmente interesante son los foros
organizados por la fundación en los que podemos explicar nuestra
experiencia y tener la oportunidad de revisar tanto acciones certeras
como errores cometidos y aprender de ellas.
Por nuestra parte, aportamos nuestra experiencia tanto en el campo de
la acción social en beneficio de sectores más desfavorecidos como en el
de la inserción laboral de personas con discapacidad en el que llevamos
muchos años trabajando.